Ha llegado (gracias a las conexiones de que tenemos en Kibit) a mis manos (este post me lo voy a tomar personal) una invitación bastante llamativa para leer el blog de Nick Nelson (foto), Global Manager of Creative Services de Netflix, el cual a su vez fue inspirado o derivó de conceptos mencionados en artículo escrito por Gopal Krishnan, quien trabaja en la innovación de productos dentro de la misma empresa. Pero, qué fue lo llamativo de estos artículos, bueno por un lado porque su fuente viene de una de la empresas web más importantes de la actualidad y sobre la cual se han fundamentado la mayoría de mis artículos en el largo tiempo de un mes que llevo participando en Kibit, pero por sobre todo por el tema que tocan, los fundamentos y bases sobre las cuales componen y escogen las imágenes publicitarias, carátulas o thumbnails.
Si bien para algunas cosas lo que vemos son las imágenes oficiales de los afiches o carátulas de los dvd y blu-ray, en general todas las otras imágenes que vemos en Netflix de material de terceros y, por sobre todo, todas las imágenes del material propio de Netflix, ha pasado por una rigurosa y cautelosa lista de propiedades y características estudiadas para llamar la atención, dar a conocer la película e incluso incitarnos a verla. Esto no va en relación a imágenes subliminales, sino más bien imágenes sugestivas, la diferencia entre ambas es que mientras la primera trata de implantar una idea en nuestra cabeza de forma subconsciente, la otra simplemente busca despertar una emoción de forma bastante consciente, en este caso una emoción que nos relacione a lo que obtendremos de la película.
Para obtener estas emociones, lo primordial, es obtener la atención de las personas y por lo que ambos miembros de Netflix explican, si una actividad no logra capturar la atención de una persona en 90 segundos esa persona perderá el interés y pasará a otra actividad, lo que realza la importancia de las imágenes previas. Los artículos mencionan que el cerebro es capaz de procesar una imagen es solamente 13 milisegundos, viéndolo de otra manera, con una imagen bien seleccionada pueden lograr en 13 insignificantes milisegundos lo que tenían que lograr en 90, dejando los aproximadamente 90 segundos (porque el descuento es despreciable) restantes para realmente analizar si esa información procesada y la sensación obtenida merecen que veamos una película o capítulo de serie o lo que sea que esté ofreciendo esa imagen.
Ahora, la velocidad de analizar una imagen así como la sensación que causen realmente responde a una característica en particular, la información que tenga en ella. Toda la empatía que nos pueda causar una imagen pasa por el filtro de la información que nos de, siendo lo más importante la cantidad. Lo primero que se procesa es la cantidad de información que habrá que procesar después, usemos un ejemplo, cuando nos ofrecen u obligan a leer un libro difícilmente vamos a tomar el libro y poner o a leerlo sin primero analizar cuan largo es para (de alguna manera) procesar cuanta información vamos a tener que procesar al leerlo. Esto es igual en una imagen, es más, Nelson comenta que después del afiche para la primera temporada de “Orange is The New Black”, con la no menor cantidad de 8 personajes presentes, no han sobrepasado de 3.
Luego de la cantidad de información es que viene la información en sí, el fondo, la expresión en las caras de las personas o personajes que aparecen e incluso que personajes aparecen, el gerente creativo comenta que para la serie, spin-off, de “How to Train Your Dragon”, “Dragons, Race to The Edge”, recibieron más cercanía en las imágenes que mostraban a los villanos que en las otras, por qué, no se, psicología no es el tema del post, pero ese fue el resultado.
Algo que no mencionada ninguno de los artículos (los cuales voy a dejar los enlaces al final igual, pero quería hacerlos leer mi artículo), pero lo sé porque soy choro y bacán (jeje), es que una imagen se transforma en llamativa o repulsiva al común de los observadores en base a ciertos canones o fundamentos de composición. Por ejemplo hay una ley en fotografía a la cual algunos llaman la ley de los tercios, donde los elementos divisores o centros de atención deben estar a un tercio del ancho, alto o ambos de la imagen, de forma gráfica, si se sacara una foto de un paisaje el horizonte debería estar aproximadamente a un tercio o dos tercio del alto de la foto, de otra manera no despertaría la atención con tanto éxito o la imagen quedaría estéticamente desproporcionada.
Si quieren leer más de esto, o mejor explicado, en el artículo de Nick Nelson pueden hacerlo acá http://nflx.it/1NSdt9a , y si desean leer el artículo de Krishnan, pueden hacerlo por aquí http://nflx.it/1Z7roZC .