Por Tomás Koch, Director de Compliance de ProntoPaga
En el mundo de los pagos digitales, la confianza es el verdadero motor de crecimiento. Sin embargo, para que esa confianza exista, es fundamental mitigar los riesgos que afectan al ecosistema financiero. Y no se trata solo de responsabilidad de las empresas paytech: se necesita una colaboración real entre el sector privado y el Estado.
En Chile, si bien se ha avanzado en el desarrollo tecnológico y se ha creado un ecosistema de pagos cada vez más sofisticado, la regulación no ha seguido el mismo ritmo. Mientras en otros países las leyes evolucionan para proteger el sistema financiero, aquí las definiciones se demoran, generando vacíos legales que elevan los riesgos para empresas y usuarios.
El rezago regulatorio: una oportunidad perdida
La falta de marcos normativos actualizados no solo limita la innovación, también expone a los consumidores a vulnerabilidades que podrían evitarse. Los fraudes y el lavado de activos, por ejemplo, se vuelven cada vez más sofisticados y difíciles de controlar si no existen regulaciones claras.
Ante esta realidad, muchas empresas paytech —como ProntoPaga— han decidido implementar estándares internacionales de forma voluntaria. No lo hacen porque estén obligadas, sino porque entienden que la seguridad y la confianza son esenciales para construir un sistema sólido.
Confianza como capital del ecosistema digital
La verdadera clave está en entender que el cumplimiento normativo no debería ser el objetivo final, sino el punto de partida. El desafío no es solo tecnológico, es también institucional. Sin una legislación moderna, cualquier avance queda expuesto a fallas estructurales.
Mientras el sector avanza, los vacíos regulatorios siguen abiertos. Cada mes sin una actualización legislativa es una ventana para los fraudes y el mal uso de plataformas digitales. Al mismo tiempo, es una oportunidad perdida para robustecer un sistema de pagos transparente, seguro y competitivo a nivel regional.
Innovar con responsabilidad compartida
Para que la innovación prospere, necesitamos confianza. Y la confianza solo es sostenible con reglas claras, modernas y coherentes con la realidad digital actual. No se trata de frenar el progreso, sino de acompañarlo con una mirada estratégica, colaborativa y prudente.
Con una visión regulatoria moderna y una colaboración activa entre Estado e industria, Chile puede consolidar un entorno digital seguro, ágil y competitivo. El momento de actuar es ahora.
