Estando en Festigame, tuvimos la suerte de degustar varios títulos que aún están en construcción. Juegos que han sido anunciados, de los que hemos visto trailers y videos, pero que no han dado una oportunidad pública de ser testeados y saboreados por la gente (o al menos hasta ahora). Uno de ellos, desarrollado por DICE y publicado por EA, es la secuela de un juego que, con una mecánica innovadora y refrescante, convirtió a muchos gamers en fans, solo para dejarlos con el corazón roto, pensando que sería un single y que jamás se convertiría en una franquicia. Después de todo, la primera entrega salió hace casi 7 años para PS3 y Xbox360. Ahora todos esos fans podrán olvidar ese trago amargo, pues Faith viene a dar una segunda vuelta por nuestras consolas en Mirror’s Edge Catalyst.
Si bien mantiene los conceptos básicos de su predecesor (como una buena secuela lo haría), Mirror’s Edge Catalyst moderniza y embellece de manera hipnotizante la estética limpia y futurista que plantea el título pionero de la franquicia. Con su fluido movimiento, se le permite al jugador explorar una hermosa y vasta ciudad. La cámara en primera persona, tanto para el combate como para cuando recorres la ciudad, te mantiene inmerso en el mundo creado por DICE.
En esta entrega, la historia se centra en el origen y levantamiento de la protagonista, Faith. Ella es ágil pero fuerte, por lo que no necesita armas para combatir. Es tan ágil, que controlar a Faith a la perfección se presenta como un desafío para el jugador. Si bien toma tiempo y plantea un verdadero reto (para mi definitivamente lo fue), es extremadamente satisfactorio lograr seguidillas largas de movimientos complejos para llegar a donde vas, dejando inconscientes a un par de guardias en el proceso, sin siquiera dejar de correr. Usar el entorno a tu favor y medir bien los tiempos de tus movimientos serán clave para tu éxito en el combate y en el juego como un todo.
Mirror’s Edge Catalyst estará disponible en PS4, Xbox One y PC a partir del 23 de febrero de 2016.
The IOM’s Western Balkans co-ordinator, Peter van der Auweraert, said the blaze had destroyed or damaged “pretty much all infrastructure”,