Pocas veces, MUY pocas, puedo decir que un juego no me atrapa al principio, pasa un tiempo, lo retomo y luego pasa a ser una obra maestra bajo mi lupa. Me pasó con Witcher 3, Super Mario RPG, Metal Gear Solid y Xenogears, y ahora último tengo un nuevo contendiente. Bloodborne es por avalancha uno de los mejores juegos de PS4 (y la historia) que se pueden obtener hoy día, y si no le has dado la oportunidad que merece como lo hice yo tres años atrás, es hora que lo reconsideres.
Bienvenidos a Yharnam
Una ciudad que promete la cura a todo, a cambio de una transfusión de sangre. La iglesia de la Sangre Curadora fue instalada en esta hermosa ciudad victoriana y tú padeces de una enfermedad grave. Aceptas el contrato y después de una extraña pesadilla despiertas sin una perra idea de quién eres, qué estás haciendo y dónde estás.
Así comienza tu aventura, bajando por las escaleras de lo que parece una clínica, te encuentras con un monstruo que no puedes describir simplemente y es muy probable que te rompa la cara con sólo verlo. Despiertas nuevamente ahora en lo que podría ser descrito como un sueño, un lugar pacífico donde incluso existe una suave melodía que te permite relajarte. Unas criaturas pequeñas aparecen y te ofrecen algunos ítems para armarte. Una tumba te permite volver a la realidad, la clínica, y ahora te sientes preparado para enfrentarte al monstruo que te quitó todo.
Desde este punto, es que empieza la verdadera pesadilla, donde Bloodborne empieza a enseñarte como jugar a punta de muertes, mutilaciones, enemigos escondidos, inyustizias (como diría CR7) y cuanta huevada más donde morirás… Y morirás… Y morirás hasta que tu paciencia empiece a agotarse. Luego, al final de un puente te pillas con un gigante, suena una música increíble, la tensión se eleva, y en dos mangazos te hace mierda. Vuelves esta vez con más ganas, y mueres… Y mueres 10 veces más, hasta que entiendes como chucha matar a esa bestia… BIENVENIDO A YHARNAM!
Audio y visualmente, una obra maestra
Si hay algo que decir de este juego es que FromSoftware, los responsable de la famosa saga de los Souls, es que existió una preocupación enorme en el diseño y arquitectura de todas las áreas que hay en este juego. Yharnam tiene una estética tétrica, sientes QUE TODO está en tu contra y a la vez una sensación de exploración te inunda y quieres ver cada rincón delicadamente diseñado para que incluso tratar de buscar estos detalles tenga una cierta satisfacción.
Aparte de eso, en ciertas áreas y ciertamente en los jefes, sale una orquesta que te coloca en una situación sin paralelos. El sueño del cazador tiene una melodía melancólica y relajante, pero que comunica pena y abandono. Llegas al primer jefe, Cleric Beast, y la música te tensiona, te emociona y logra que la adrenalina suba. Llegas a Gascoigne y es otro tono, es más rápido, con el uso de tambores y menos vocalización, siguiendo el ritmo al jefe que es básicamente alguien igual a ti con movimientos bruscos, pero clínicos buscando cortar cada miembro de tu cuerpo. La música en Bloodborne es simplemente una de las mejores que he escuchado, comparable con las obras maestras que Nobuo Uematsu logró en juegos como Final Fantasy, o Yasunori Mitsuda en Chrono Trigger o la saga Xeno.
El equipo detrás de la música de este juego está compuesto por Tsukasa Saitoh, Nobuyoshi Suzuki, Yuka Kitamura, Ryan Amon (trabajó en Elysium de Neil Blomkamp) y Peter Scaturro (imagen, de izquierda a derecha).
Sólo escuchen la siguiente pieza de Cleric Beast
Es Miyazaki en su pura esencia
Está demás decirlo: el director de este juegazo es Hidetaka Miyazaki, responsable de Demon’s Souls y Dark Souls. Por lo tanto, este juego está lleno de esos detallitos que hicieron de estos juegos las obras aclamadas que incluso hoy, 9 años después del lanzamiento del primero, siguen siendo tema de análisis, conversación y discusión.
No obstante, este juego dista totalmente de la saga Souls, y son detallitos pequeños que hacen de Bloodborne una experiencia totalmente aparte. ODIO cuando describen a estos juegos como un “souls”, así que haré un esfuerzo: Bloodborne es un juego de acción RPG que busca la inmersión total del jugador en la situación del personaje. Un ejemplo de esto, a cuando puedan discutir que no, es que jugando Bloodborne sentí lo mismo que cuando descubrí el notable Diablo de Blizzard. En su primera iteración, fue un juego que lograba transmitir terror, miedo, frustración, pero una ganas de seguir y explorar cada rincón de las catacumbas de Tristram.
El combate de Bloodborne
Bloodborne no es un juego que te lleve de la mano, sino que busca la misma experiencia de desorientación y desesperación que el personaje. Las mecánicas son muy simples, pero hacen de la experiencia algo único. Al estilo de combate es comparable con un Legend of Zelda, aunque suene raro: tienes distintos tipos de ataques disponibles con un arma de corto alcance, y luego puedes usar tu arma de rango, donde puedes “fijar” tu atención en un enemigo en particular y centrar tus ataques en él. A diferencia de TODOS los otros Souls, este juego no tiene escudos! Lo sé, cualquier fanático de esa saga estaría pensando “pero de qué mierda me están hablando, cómo chucha me defiendo?!”, pues… NO LO HACES.
Siempre dicen que la mejor defensa es la mejor ofensiva, por tanto Bloodborne busca esa experiencia: puedes machacar a tus enemigos con tu arma, y cuando quieran atacarte tienes tres opciones: esquivar, comerte el golpe o hacer un “parry”. Este último es lo más difícil, pero el más gratificante, pues hay ataques bastante fáciles de detectar en los enemigos donde usar tu pistola hace que los interrumpas y además los dejes aturdidos. Si te acercas y atacas con R1, básicamente los penetras con la mano en los intestinos y les revientas las vísceras por un daño enorme, por algo se llama “visceral attack”. Enemigos más grandes puede ser que no puedas interrumpirlos, no obstante el golpearlos constantemente o bien un golpe cargado con R2 por la espaldas también pueden dejarlos en este estado aturdido y aprovechar la instancia.
Además, agregaron el concepto de “rally”: cuando un enemigo te hace daño, te fijas que si bien tu HP baja, existe una porción de este que queda en color naranjo. Golpear un enemigo o hacer un visceral attack te permite recuperar ese HP naranjo. Este cambio, pequeño y pareciera tener una importancia mínima, es un cambio ENORME en la jugabilidad de Bloodborne respecto a sus hermanos Souls. Miyazaki quiere que busques el combate, quiere que seas más agresivo, no puedes esconderte detrás de un escudo buscando abrir un flanco al enemigo. NO, o golpeas, esquivas, parreas o mueres, así de simple. Es un cambio BRILLANTE!
Finalmente, hablemos de las armas. A diferencia de los otros juegos, Bloodborne tiene una cantidad muy acotada de armas. No obstante, son todas totalmente distintas unas de las otras. Además, agregaron un elemento nuevo: transformación. Todas las armas tienen un modo alternativo que activas con L1, que además puedes utilizar en medio de un combo. Las tres primeras armas tienen formas muy distintas de ser usadas: la hacha extiende su mango y se vuelve una arma altamente potente, pero restringe el uso de tu arma de rango; el bastón se transforma en un látigo de metal que aumenta su rango y área de ataque, pero se vuelve más lento y no puedes cargar el ataque R2; finalmente la sierra es más simple y balanceada pues extiende la sierra para ganar más rango y área, menos que el látigo claramente, pero pega mucho más y más rápido, pero no es comprable con la hacha. Hay muchas más armas, y todas son MUY distintas entre sí, lo cuál realmente te hace pensar con cuál quedarte!
Excepto la Holy Moonlight Sword del DLC, es la mejor por lejos… :D.
Bloodborne debería ser tu primer Soul
Lo sé, debe sonar muy extraño esto, pero escúchenme (o léanme…). Debido al estilo de juego que Bloodborne busca en el modelo mental del jugador, el combate se vuelve enviciante y entretenido. Los jefes son distintos entre sí y el juego con su música hacen de la experiencia algo único. Es por Bloodborne que después volví a jugar Dark Souls 3 y logré tomarle la mano y pasármelo. Luego jugué el Dark Souls Remastered, y ahora estoy en el Dark Souls 2. Los odiaba por naturaleza pero Bloodborne me enseñó, sigue siendo extraño, pero créanme, hace sentido cuando les toca vivirlo.
Lo malo…
Nada, sigamos.
Ok, mentira hay ciertos detalles que entorpecen la experiencia, y no todo lo que brilla es oro. Empecemos con lo obvio: no es un juego que invite a cualquiera en su inicio. Por algo en el let’s play que publicamos hace unas semanas menciono que lo compré y luego lo dejé botado por 3 años… 3 años! Y luego, después de terminarme el God of War y jurar que no podría encontrar algo mejor, se me ocurre agarrar nuevamente este juego, y 200 horas después sigo jugando… No obstante, como les cuento, este juego NO TIENE TUTORIALES, no te lleva de la mano. No es algo malo per se, para nada, sólo demuestra lo mal acostumbrados que estamos! Como juegos como Assassin’s Creed nos tienen acostumbrados a ese tutorial de mierda para aprender a jugar el juego como los desarrolladores quieren que lo hagamos. FromSoftware dice “toma, juega y aprende tú sólo”, y esto no es algo malo, para nada, pero es necesario que se sepa antes de comprarlo y no caer en ese prejuicio bien huevón que se tiene que los Souls son “difíciles por que sí”.
Hay áreas en el juego donde los FPS caen como plomo en agua, por la cantidad de detalles y partículas presentes en la pantalla. La PS4 se nota que tiene sus limitaciones, y su versión Pro ayuda ene en arreglarlo, pero sólo puedo imaginar la frustración de hace 3 años…
Otro punto importante que hasta hoy es una verdadera mierda es el lag. Dado que la cooperación y/o PvP es un elemento importante, me hierve la rabia cada vez que me enfrento a alguien y me está haciendo un ataque visceral a 50 metros de distancia… Es algo que jamás pudieron arreglar, pero lo bueno es que el PvP no es tan forzado como en el caso de los otros Souls salvo algunas zonas que incluso puedes cancelar.
Finalmente, los chalice dungeons. Este juego trae un elemento nuevo que son unos calabozos generados aleatoriamente. Son honestamente una mierda, pues los enemigos se repiten, y se repiten, y se repiten, y las piezas son todas iguales y son fomes, punto… Lo bueno es que son opcionales, pero si quieren platinear el juego u obtener las mejores runas y gemas para las armas y armaduras, o bien ver los jefes únicos que fueron descartados para el juego original (algunos son geniales), vas a tener que sufrirlos. Aquí se nota por qué el increíble diseño de Yharnam y sus zonas aledañas son cuidadosamente generadas por seres humanos, por que estas zonas aleatorias valen callampa.
Es una obra de arte, PUNTO
Si tienes una PS4, tienen que jugarlo y probarlo. Si no tienes PS4, es un juego que probablemente debiera ser el primero que tienes que probar para convencerte. Por donde lo vea, todos los detalles e incluso la cantidad de horas que te mantiene atrapado, es una compra segura. No quise hablar de la trama ni entrar en más detalles sobre el sistema del juego en sí, por qué ES PARTE de la experiencia, es algo que no puedo quitarle al jugador que me voló la tapa de la cabeza la primera vez que lo experimenté. Déjenme recomendarles una cosa: NO USEN WIKIS NI FAQS. Es la peor idea, no se priven de esta experiencia. Cuando ya hayan finalizado la historia y hayan terminado el DLC, ahí traten de ver que les falta. Ah, sí, el DLC, unos 6 o 7 meses después del lanzamiento de Bloodborne, The Old Hunters salió a un precio bastante razonable por la cantidad de horas y elementos nuevos que trae. Hoy por hoy, el juego en su versión digital y completa vale cerca de USD 35, lo cuál es muy conveniente.
No sé que más decir para convencerlos, se gana el prestigioso puntaje total, aun cuando lo haya jugado 3 años después del lanzamiento.