Con una acogida prometedora desde su publicación, Solo tienes que pedírmelo de Emily Blaine es una historia de segundas oportunidades, que muestra el valor de las emociones, la sinceridad con uno mismo y el apoyo de quienes te rodean para volver a ser feliz.
Yo sabía que me invitaba a algo más. Mediante ese gesto, me proponía huir de nuestras vidas y nuestras aflicciones respectivas.
El libro sigue la historia de Cooper, un arquitecto que hace ocho años perdió a Laura, su esposa, a causa de una enfermedad, y lo dejó con su hija cuando ella solía tenía seis. Pareciera que Cooper ha podido salir adelante, sin embargo, esto sólo se remite al trabajo, ya que, en lo personal, él sigue aferrado a la pérdida de su esposa, pese a los intentos de Annah – su hermana- y Jackson -su socio-, quienes se dan cuenta que Cooper necesita avanzar con su vida.
En medio de estos intentos, Cooper conoce a Julianne, quien también carga su propia historia trágica. Ambos han pasado por situaciones difíciles, pero conocerse supone una suerte de antes y después, ya que por primera vez experimentan algo más que tristeza. Así, desde la perspectiva de Cooper somos testigos de cómo empieza a construirse esta relación, la que pareciera estar escrita por cuestiones del destino, puesto que cada uno de sus encuentros son fortuitos, hasta que Cooper decide actuar y mantener el contacto.
Lo anterior es lo que más extrañeza puede causar, ya que rápidamente Cooper se siente atraído a Julianne, y en cierta forma hace dudar al lector en cuanto a sus sentimientos, pues ha estado por años envuelto en la pena por la pérdida de su esposa, que este cambio se siente un tanto brusco, lo que además se ve reafirmado por el fantasma de Laura en cada una de las cosas que hace.
Algo que resulta interesante en la construcción de la novela es la forma en que los personajes secundarios también tienen cierta relevancia, más allá del ayudar a Cooper, sino que cada tiene un propósito en cuanto a su participación en la historia, y por supuesto, una de las cosas que más se esperarían sería un futuro libro donde se nos pueda mostrar un poco más sobre Jackson y Annah, quienes fueron algunos de los favoritos.
Asimismo, el personaje de Cecilia, la hija de Cooper, es destacable pues no es la típica adolescente que se nos puede presentar en este tipo de historia. No hay ningún estigma como joven problemática, por el contrario, tiene una forma madura de enfrentar las cosas y en ocasiones se transforma en el gatillante de cambio en la vida de Cooper.
Si bien la historia da una impresión de drama trágico, la forma en que la autora crea los diálogos le quitan esa halo de melancolía, lo que además se ve reforzado por la dinámica entre Jackson y Annah, permitiendo que la angustia que se encuentra a la base de la narración no resulte agotador o chocante.
Pertenece a mi pasado y tú estás aquí, muy presente
Sólo tienes que pedírmelo de Emily Blaine es una novela que habla desde la tristeza como la pérdida puede mantenernos reprimidos, enseña que el dejar atrás no es olvidar, y que en la esperanza reside la idea de un futuro mejor con aquellos que te rodean. Una novela con una construcción simple pero potente en cuanto a los mensajes que transmite.