Extremadamente cruel, malvado y perverso es la traducción del titulo original de la película que sigue a Ted Bundy, un asesino que mató a 30 mujeres (aunque se creen que fueron más), sin embargo, a nuestro país llega como Ted Bundy: durmiendo con el asesino. Títulos que, de una u otra forma, ofrece un lado oscuro de este hombre, que por el contrario y quizás sin intención, nos muestra una faceta más “humana” y por momentos se olvida que el carisma es una arma peligrosa.
Dirigida por Joe Berlinger y con un guión a cargo de Michael Werwie, la película encuentra sus bases en el documental -también realizado por Berlinger- Conversaciones con un asesino: las grabaciones de Ted Bundy, y la memoria escrita de quien fue su novia, Elizabeth (Liz) Kloepfer. Esto último, constituye en primera instancia el punto de vista del que se aborda la cinta, mostrándonos un Ted (Zac Efron) atento y gentil con Liz (Lily Collins) y su hija pequeña, con quienes forma una familia, hasta que, en el final del primer acto, nos muestra como es detenido.
Aquí nos encontramos de lleno con el primer problema de la película, pues da todo por sentado. ¿Qué quiero decir? Si quieres ver una cinta donde te cuenten por qué y qué paso con Ted Bundy, esta no es la que debes ver, sino que ve directamente al documental y perfectamente puedes omitir ésta, pues actúa más de complemento que película en sí misma.
Es en esta primera parte de la película donde el personaje de Lily Collins tiene fuerza, pues Ted logra confundirla con sus explicaciones sobre la policía estando en su contra. La personificación de Zac Efron de este asesino logra traspasar la pantalla, y pese a que sabes que es culpable, por momentos logra hacerte dudar, pues su conducta de buen joven resulta casi incompatible con las atrocidades – que sólo se explican casi al final- cometidas.
En su segunda parte, la actuación de Lily Collins se pierde y queda relegada a un rincón, pues todo se centra en Ted Bundy, y de cierta manera no se logra profundizar en ninguno de los protagonistas. Además, la brusquedad del giro en el punto de vista rompe con lo que hasta el momento ya habíamos descifrado, pues el cambio de una escena a otra, el paso de tiempo es tan repentino y sin indicadores, que buena parte de la cinta te preguntas, ¿cuándo pasó?
Sin embargo, la actuación de Zac Efron y Lily Collins se transforman en los pilares por su capacidad de transmitir la caracterización de sus personajes, aunque en su intento de abordar la faceta más encantadora, los deja sin la oportunidad de explorar, en el caso de Efron, lo que hubiese sido un verdadero desafío, la versión más vil del ser humano.
Ted Bundy: Durmiendo con el asesino es una película que promete ahondar en la vida de uno de los asesinos más famosos de la historia de Estados Unidos, pero a lo más que llega es a mostrarnos a un carismático acusado que intenta librarse de la justicia valiéndose de su encanto y apariencia, en una película que termina con una caótica sensación de haber quedado a medias.