La conclusión de la bilogía que nos cuenta la historia de Caín Bennet, un chico problemático cuyos antecedentes familiares y su propia forma de ser lo llevó por malos caminos, llega con Decadentes, una historia que habla desde las segundas oportunidades y el pasado. Un relato que mejora en relación a la primera entrega pero que vuelve a caer en los mismos errores.
Ella enfrentaba los problemas como un ser humano, no como yo, que me había endurecido para soportarlos.
El final del primer libro se sentía como un buen cierre, sin embargo, la publicación de Decadentes viene a dar el término definitivo de la historia de Caín Bennet, hijo de un mafioso y que parecía que seguiría los mismos pasos que su padre, y de Kailyn, cuyos padres fueron asesinados por Caín, cuando éste era sólo un niño por la orden de su padre. En el primer libro vemos como ambos se enamoran y deben lidiar con el entorno peligroso de Caín. Entre idas y venidas, quiebres y reconciliaciones el epílogo de Caín nos muestra a la pareja reunida y con un final feliz.
Entonces, ¿por qué una segunda parte?
Decadentes nos cuenta cómo es la nueva vida de Caín y Kailyn en Reino Unido, donde él entrena para el torneo mundial de boxeo y ella trabaja como psicóloga en una clínica. Al principio, la autora nos pone al día con su relación, sin embargo los problemas comienzan casi de inmediato y vemos a Caín y Kaylin de vuelta en la vida que estaban intentando dejar atrás.
En parte, este libro tiene que ver con mostrarnos una faceta más madura de sus personajes y en ese sentido creo que se llena el vacío que deja el libro anterior en cuanto al desarrollo de estos, puesto que en Caín, ambos tienen actitudes muy tóxicas en una relación disfuncional. Algo que, afortunadamente, se resuelve en Decadentes.
Ahora bien, en cuanto a los puntos débiles de la historia, la autora vuelve a dejar a un lado la ambientación, ya que está apenas se da. No es que se trate de algo vital, pero siempre es mejor cuando puede construir una imagen completa de los escenarios en lugar de darles unos pequeños detalles.
Por otro lado, la trama se construye en torno a una secuencia de problemas, apenas dando un respiro a los personajes. Uno tras otro mantienen el desarrollo del libro, lo que hace que haya pocas escenas a modo de puente en el que lector pueda ver algo más de la relación de estos personajes. Claro, se entiende porque el peligroso pasado de Caín vuelve a acecharlo, pero de vez en cuando llega a ser demasiado la mala suerte que tienen.
Sin embargo, la forma en que se retratan a los personajes está mejor elaborada con una congruencia a lo largo del libro. El final, no obstante, vuelve a ser demasiado conveniente. Una actuación que resuelve todo y el peligro de muerte se torna reiterativa e inclusive algo sobredramático, pero que al menos acaba bien, dando un vistazo de lo que será la nueva vida de estos personajes.
Sé que somos fuertes, pero a veces tenemos derecho a quebrarnos
Decadentes es el final de la historia de Caín y Kaylin, una historia que se ve más trabajada que la anterior y en la que se refleja un crecimiento en sus personaje, no obstante, el tratamiento a esta historia recae en los clichés y en acciones convenientes para el desarrollo de la trama, resoluciones inverosímiles con una fórmula repetitiva y que nos lleva a los inicios de Wattpad.