Podría escribir un libro entero sobre cómo Ford v Ferrari (el título en Estados Unidos de esta película) es un monumentalmente mejor título que Contra lo Imposible, pero haré mi mejor esfuerzo por no volver a mencionarlo en esta review. Me veré tentado, pero no lo haré. Es que en serio, ¿quién tomó esa decisión? ¿cómo? ¿por qué? ¿fue un tema de derechos? No me ha dejado dormir de noche los últimos 7 meses.
Contra lo imposible es la nueva película de James Mangold y mientras no amo todas las películas que ha hecho siento un gran respeto por él. No solo por sus constantes aportes y consejos en Twitter, sino que porque es claro que siente una profunda admiración por el cine como arte, especialmente el cine clásico. La presentación técnica de esta cinta es un perfecto ejemplo de esto, es más antes de continuar les quiero pedir que si van a ver Contra lo Imposible, háganlo en la pantalla más grande posible.
Tuve la suerte de verla en Imax y es definitivamente la mejor forma de experimentar esta historia. Hace harto rato que no veía una película que de verdad le sacara provecho al sistema de sonido de la sala, es más, no me sorprendería que gane Edición de Sonido en los Oscars porque definitivamente se lo merece. Lo mismo se podría decir de la fotografía, es anamórfica, es colorida, es retro y ver estos autos de verdad correr y chocar frente a tus ojos es algo que merece ser visto en el cine. Todo esto sin minimizar el trabajo de la gente de VFX quienes hacen su mejor trabajo en esta clase de cintas, cuando pasan casi completamente desapercibidos. Una maravilla técnica.
Ahora pasando a la historia en sí, debo decir que la película me abrió los ojos al mundo del automovilismo. Personalmente no tengo idea de autos, si tiene 4 ruedas y avanza ya es una maravilla tecnológica para mi, pero Contra lo Imposible me hizo ver las carreras de autos como un arte. De hecho es difícil no ver los paralelismos entre las corporaciones automovilísticas y las corporaciones en la industria del cine. Hasta diría que la cinta está pidiendo doble lectura en este sentido, con la reciente adquisición de Fox por parte de Disney, llevando casi a la caricatura a algunos personajes.
La mayor limitación de esta película pareciera ser el hecho de que está basada en una historia real. El guion, creo, pierde el balance entre hacer algo que sea fiel a los hechos pero que al mismo tiempo sea cinematográfico y funcione como película. El film intenta fortalecer los roles de la esposa e hijo del personaje de Christian Bale, Ken Miles, pero su influencia en la historia sigue siendo mínima, los minutos que pasamos con ellos no se sienten perdidos pero una vez que llega el final de la cinta es imposible no sentir que podrían haber contribuido más emocionalmente, quizás como en First Man por dar un ejemplo. Siguiendo en este mismo sentido, la película tiene un salto temporal que elimina mucha de la urgencia dramática que esta tenía en su primera mitad y también desearía que la película hubiera ido un poco más allá con el conflicto “artista vs corporación”, el guion parece contentarse con la visión más básica de esta confrontación lo que le quita mucha de la sutileza y profundidad que esta podría haber tenido, como les mencioné hay personajes que parecen caricaturas de lo simples y malos que son.
Es esta simpleza y falta de profundidad lo que hacen que Contra lo Imposible se sienta un poco como Oscar Bait pero, a diferencia de películas como Green Book, la solidez técnica y presentación hacen que esto sea más perdonable. No les va a cambiar la vida, pero sin duda es una cinta que merece ser vista y escuchada en una sala de cine. Lleven a sus papás a verla, yo llevaré al mío este fin de semana y apostaría un millón de dólares a que será su película favorita del año. Ubicaré a “Contra lo Imposible” en el lugar número 38 de las 151 películas que he visto de 2019. Arriba de “The Kid who would be King” y debajo de “Rocketman”.