Un barco, un espíritu maligno y un ciclo de muertes. Estas son las primeras palabras que vienen a la mente para definir La posesión de Mary, una película de terror dirigida por Michael Goi y un elenco formado por el ganador del Oscar, Gary Oldman; Emily Mortimer; Stefanie Scott; Chloe Perrin, quienes encarnan a la familia Greer.
El mal necesita un cuerpo para existir. El cuerpo era ese bote, dice Mortimer interpretando a Sarah, la madre que es encontrada luego de naufragar a causa de la explosión de dicho velero en los primeros cinco minutos de la película.
Desde el inicio sabemos que ha sucedido, puesto que el desarrollo de la película se da de forma intercalada con la declaración de Sarah al FBI. En este sentido, no existe el elemento sorpresa en cuanto a quienes van a sobrevivir o no, sino que el flashback nos muestra cómo empezó todo y que hechos nos llevan a esos primeros cinco minutos.
El elenco funciona bien y demuestran la dinámica de una familia que ha sufrido un quiebre, pero del que se están recomponiendo. En este sentido, quien carga el peso de toda la película es Mortimer, ya que ella se transforma en la sobreviviente y la reticente a embarcarse en esa aventura, además se transforma en la portadora del clímax tras un descubrimiento tardío con una buena interpretación de una madre desesperada por salvar a sus hijas.
El personaje de David, el esposo de Sarah que es interpretado por Oldman, logra su papel al punto de causar la molestia ante la terquedad de su personaje por continuar en aquella aventura para sanar a la familia. Pese a la personificación que hace Oldman, la forma en que está escrito el personaje genera ruido, su forma de actuar y algunos de sus diálogos pierden sentido en medio de escenas angustiosas, su cuestionamiento no comienza hasta que es demasiado tarde y toda su conducta no se siente tan real como la de Sarah.
En términos de género, esta película es definida como un thriller de terror, pero se queda a medio camino de ambos. La posesión de Mary apela a sus efectos especiales para generar los sobresaltos necesarios para justificar su género, sin embargo su apuesta por la familiar imagen de esta entidad de rostro blanco y cabello negro con rasgos que ponen de manifiesto su maldad que transforma el mar y la locura en sus armas, no llega a darle peso a este espíritu, apenas nos justifica su presencia en un párrafo inicial, pero ni siquiera explora la conexión con la hija menor Mary, y deja una sensación de que estamos frente a un esbozo del género.
Estar atrapados en el mar con un espíritu maligno en medio de éste-y por lo tanto sin un lugar a donde escapar- es un concepto interesante que podría ser mejor abordado. La atmósfera en esta película es débil, ya que más de allá de mostrarnos este bote transformado en una casa, hay muy poco que logre evocar esa sensación de estar atrapados. El mar y el bote debería ser tratado casi como un personaje más y como el elemento que haga sobresalir La posesión de Mary, sin embargo, esto no sucede y es una película más, que bien podría ser ubicada en una casa cualquiera.
La posesión de Mary es la clase de película que con un argumento interesante promete una hora de horrores y claustrofobias en el mar, pero que se queda en los giros típicos y recurre a los efectos especiales para sostenerse como película de terror, desarrollando muy poco los elementos atractivos de su argumento y que hubiese funcionado mejor como un cortometraje en lugar de ser una cinta de más de hora y media.