Con una adaptación cinematográfica y numerosos galardones, La tierra errante, un libro al más antiguo estilo de ciencia ficción llega a las librerías chilenas con Penguin Random House, en una compilación de historias que alternará entre visiones futuristas de una desgracia casi inevitable y reflexiones aplicables al día a día.
Sentir dolor, sentir miedo… significa que continuamos con vida. En cuanto morimos ya no sentimos nada. Solo hay oscuridad, ¿no te parece mucho mejor vivir?
La antología está formada por diez relatos: La tierra errante, Montañas, El sol de China, En beneficio de la humanidad, Maldición 5.0, La era micro, El gran devorador, ¿Quién cuidará a los dioses?, Con sus ojos y El gran cañón de la Tierra. Todos estos relatos confluyen en lo que podría ser el fin del planeta y por lo tanto, los intentos de la humanidad por salvarse.
Al tener una estructura más independiente, Cixin Liu se vale de dos grandes razones para explicar este futuro tan oscuro y letal, por un lado está lo que se relaciona directamente con las condiciones físicas del planeta en sí mismo y del sistema solar; mientras que por otro, este final se da con la injerencia de alienígenas.
En este sentido, el fuerte narrativo del autor se da en aquellos relatos donde son las estructuras físicas las que fallan, tal como sucede en La tierra Errante o en El sol de China -este último relato no tiene un tono fatalista, pero plantea una situación que funciona como antecedente para los demás- ya que hay un mayor desarrollo de la acción aunque por momentos cae en mucha explicación y descripción, pero en menor medida de lo que sucede cuando se trata de alienígenas, relatos en los que aparte de explicar el conocimiento “humano”, hace una exposición de la cultura de estos extraterrestres.
A pesar de esta diferencia, cada uno de los relatos parte desde una base original en la que el autor destaca por su capacidad de visualizar estos escenarios y plasmarlos de tal forma que el lector no evite preguntarse si efectivamente -en el caso de los relatos con explicaciones estructurales- estamos yendo en una dirección que propicie este final.
Esta relación que se da entre autor-relato-lector se ve fortalecida por la manera en que Cixin presenta personajes en los que explota las características más humanas a través de las que puede situar reflexiones contingentes, tales como, ¿qué tanto preocupa el medio ambiente?, ¿dónde termina el poder del dinero?, ¿quién se preocupa de los adultos mayores? ¿qué sucede con el respeto, la ambición y la dualidad entre lo individual y lo colectivo?
Criticas que encontramos encarnadas en distintos personajes a lo largo de las historias, ideas que debemos de hallar bajo diálogos un tanto cargados de tecnicismos y extensos, explicaciones científicas, pero que con una lectura a nuestro propio ritmo puede resultar mucho más enriquecedora.
La civilización es devorar, consumirlo todo sin parar, no dejar de crecer y expandirse. Todo lo demás es secundario
Un siete en ambientación, en el sustento lógico y en la forma en que lleva sus personajes adelante, Cixin Liu con La tierra errante se sostiene como la clase de autor que hace una buena combinación entre ciencia y literatura, permitiéndonos ir junto a sus personajes mientras descubren algunos de los secretos de nuestro universo entre tragos amargos que representa las distintas visiones de una desgracia ante el que la humanidad se resiste.