¿Qué sucede cuando el mundo de los videojuegos se enlaza con la realidad? Warcross es la respuesta. La novela escrita por Marie Lu y publicada en 2017, nos lleva a un mundo que parece no ser muy lejano, donde la realidad virtual se trasforma en una nueva cotidianidad.
Todas las puertas cerradas tienen una llave
Esta historia nos hace conocer a Emika Chen, una joven cazarrecompensas que se encuentra en una delicada situación económica. A punto de quedar en la calle, hackea Warcross, un juego que se ha transformado para muchos en un estilo de vida, tras la creación del Neurolink, una suerte de lentes que te permiten crear escenarios tridimensionales sin fallas ante la conexión que hacen estos con el cerebro, siendo algo similar a lo que sucede con los sueños.
Tras esto, Emika cree que la arrestarán, pero para su sorpresa recibe una llamada de Hideo Tanaka, el creador de esta tecnología, quien está interesado en contratarla para descubrir quien amenaza con sabotear este gran juego.
Emika, la protagonista, es un personaje que resulta divertido de leer, pero es bastante común de ver en la literatura juvenil, ya que representa esta actitud de chica fuerte, sarcástica y capaz de descubrir lo que otros no pueden. Precisamente, esta cualidad resulta algo difícil de creer, ya que en todo momento y todas las pistas que descubre son acertadas.
A esto se suma también, el hecho de que todo el libro es predecible. Desde que conoces el trabajo que Emika debe hacer y la historia de Hideo, sabes cuales serán los grandes giros del libro. Sin embargo, Marie Lu sabe como contar estos momentos claves de una forma que realmente los puedes sentir.
Para muchas personas, Warcross es el mejor libro de la autora, no obstante las falencias antes mencionada le resta a la historia a pesar de la excelente construcción de mundo y sus personajes secundarios, con los que son mucho más fácil sentir un apego. Asimismo, la escritura de Marie Lu viene cargada de descripciones y en muchas ocasiones termina por contarte las cosas en lugar de mostrarles, algo que sin duda es mucho más importante para el género y la historia que la autora nos quiere contar.
Pese a ello, el mayor despliegue de las habilidades de la autora se da con en el final, ya que replantea un dilema ético-moral que viene de la mano con la tecnología. ¿Hasta dónde es posible crear? ¿En qué punto creadores deciden dárselas de omnipresente? Es la clase de cuestionamientos que realiza Marie Lu en sus libros, y que concluye de una manera que hace necesaria la lectura de su continuación y final: Wildcard.
Existe el mal en el mundo, y no soy yo
Warcross quizás no es el mejor trabajo de Marie Lu, sin embargo, el concepto que utiliza llama la atención, puesto que la autora nos acerca a la tecnología a la que estamos familiarizados, pero de una forma en que realmente la entendemos. Con personajes y dilemas éticos que dejan pensando y esperando una conclusión que nos lleve al siguiente nivel.