La franquicia Assassin’s Creed atrae a los jugadores por múltiples razones. A lo largo de los años, ha proveído un juego lleno de infiltraciones con sigilo, batallas con estilo, aventuras en alta mar y muchos otros elementos, pero no siempre en igual medida.
Cada juego de Assassin’s Creed apela a distintos tipos de jugadores con variados niveles de éxito, pero ahora, por primera vez en su existencia, el balance parece perfecto en Valhalla. Con su atrapante combinación de combate, exploración de mundo abierto, elaborada historia y manejo del campamento. Esta saga vikinga es épica, con un poco para cada jugador.
A pesar de que Valhalla representa una fascinante evolución para Assassin’s Creed, no necesitas estar muy familiarizado con la franquicia para apreciar la historia de Eivor y el Raven Clan y su incursión en la Inglaterra anglosajona. Es una historia gigantesca con pequeños inicios, siguiendo los intentos del protagonista de formar alianzas en territorio hostil. Los esfuerzos de Eivor para crear un nuevo hogar trae consigo una variedad de giros que capturan los espíritus aventureros vikingos.
En Valhalla puedes cazar animales legendarios, buscar nuevos equipamientos para tu armadura o navegar las aguas en tu barco. Cada vez que dejas el campamento de Ravensthorpe, podrás elegir entre una serie de tentadores caminos de juego. Esta riqueza de atrapantes opciones te hará sentir como un guerrero en un banquete con la comida más deliciosa jamás preparada.
El contenido de mundo abierto de Valhalla es deliberado, además de una abundancia de ítemes coleccionables, nada se siente como relleno innecesario. Los eventos especiales del mundo, llamados “mysteries”, son el mejor ejemplo de esta manera de reemplazar las tradicionales misiones secundarias. Los mysteries no son objetivos genéricos como “matar a los bandidos” o “lootear el cofre”. En cambio, son escenarios de autor que pueden presentar desafíos específicos o simplemente contar historias divertidas.
Los mysteries son cortos y están contenidos en áreas pequeñas, por lo que son desvíos más entretenidos que misiones que te sientes obligado a finalizar. Pero deberías finalizarlas de todas formas, porque están bien escritas y son memorables, adicionando un sabor sorprendente a los personajes y al mundo.
Amé jugar Odyssey el 2018, especialmente tras el soporte que obtuvo luego de su lanzamiento, pero ese amor siempre estaba manchado por el deseo de mejoras. Hubiera deseado que el contenido estuviera curado de manera más cuidadosa y odie todo el trabajo necesario para avanzar en la historia y el inventario repleto de loot. Valhalla mejora todos estos aspectos y más, creando una experiencia satisfactoria en cada paso, sin importar si estás haciendo la historia principal o cazando algún tesoro. Estoy segura de que Valhalla no es el Assassin’s Creed perfecto para todos los jugadores, pero es sí o sí, mi entrega favorita de esta saga.